A Dalí le gustaban las pechugas de pollo a la plancha

miércoles, 29 de agosto de 2007

Uno de los placeres "hiper-sibaríticos" de Dalí era tumbarse al sol en su casa de Cadaqués untado en miel y dejar que las moscas y las hormigas vinieran a él a lamerle, ese cosquilleo era para el pintor un placer cercano a la masturbación.

Yo hoy estaba haciendo pechugas de pollo a la plancha cuando el aceite hirviendo me ha salpicado el pecho sin camiseta (por el verano) y ese dolor no ha sido dolor sino placer y ese placer no ha sido placer sino dolor.

Mordiscos, arañazos, aceite hirviendo,...¿estoy loco?

Pues eso.

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1 comentarios:

Anónimo dijo...

mordiscos, arañazos, aceite hirviendo.... Tu pide!
Siento haberte despertado anoche, acababa de leer tu mensaje y pensaba que había sido en el momento. Ya sabes donde estoy al otro lado del telefono, solo tienes que decir de quedar... Dag